A certain street

2014

The first and solely time I saw you, you were lying dead on this street. It was already dark. You do not know this, but I was there, I was there a minute before you passed away. I stepped out of a taxi and started to walk up the stairs to my flat. I heard you parking your car and closing the door. And then I heard the four gunshots, so I immediately got down flat, looking for cover.

The next thing I remember was coming down and seeing your dead body, still warm and slowly pumping blood out of your head. A bullet hit you in your eye. Other people came by as well, they gather around you, trying to infer how things might have happened, that awful and strange impulse to behave as a forensic detective. The next morning I saw a woman having a hard time at washing away your blood from this street.

I never knew your name; I do not even remember your car. I never saw your killer. But it was just a minute in time that separated us. Just one minute and I could have been an eye-witness of your assassination or maybe another lifeless body next to you. Would have you been glad if you had had some company?

I just wanted you to know that I was your ear-witness, that after the shots I heard how your body hit the floor when you fell down, that that dry sound, protruded from you, still at the threshold of life and death, was your last sound in this world and that maybe I was the last person to hear this awkward sign of your existence. Know that I have never forgotten you, even though we never met.

Una calle particular

Versión en castellano

La primera y única vez que te vi yacías muerto en esta calle. Ya estaba oscuro. No sabes esto, pero yo estuve ahí, estuve ahí un minuto antes de que fallecieras. Bajé de un taxi y comencé a subir las escaleras hasta mi apartamento. Te escuché parqueando el auto y cerrando la puerta. Y entonces escuché los cuatro disparos y me tiré al piso buscando protegerme.

Lo siguiente que recuerdo es bajar y ver tu cuerpo muerto, aún tibio y con sangre saliendo lentamente de tu cabeza. Una bala te dio en un ojo. Otra gente vino también y se reunió a tu alrededor buscando inferir cómo sucedieron las cosas, ese horrible y extraño impulso de comportarse como un detective forense. A la mañana siguiente vi a una mujer luchando por lavar tu sangre de esta calle.

Nunca conocí tu nombre; ni siquiera recuerdo tu carro. Nunca vi a tu asesino. Pero fue sólo un minuto lo que nos separó. Sólo un minuto y hubiera podido ser yo un testigo visual de tu asesinato o tal vez otro cuerpo sin vida junto a ti. ¿Te hubieras alegrado de haber tenido algo de compañía?

Sólo quería que supieras que fui tu testigo de oídas, que después de los disparos escuché cómo tu cuerpo caía al suelo, que aquel ruido seco que se escapaba de ti, aún en el umbral entre la vida y la muerte, fue tu último sonido en este mundo y que tal vez fui yo la última persona en escuchar ese raro signo de tu existencia. Que sepas que no te he olvidado, incluso si nunca nos conocimos.